Creemos que no es el diablo quien nos convoca y que no es él el protagonista en esta nota, pero de lo que estamos seguros es de que anda metiendo su cola por estos lados...
Seis años pasaron desde que la democratización comenzó a discutirse en la Universidad Nacional del Comahue (UNCo). En el año 2002 las castas profesorales prometieron discutir la reforma de los estatutos y la democratización universitaria. Sin embargo, jamás levantaron el cuarto intermedio de la asamblea universitaria que iba a plantear ese debate.
El Seis del Seis, luego de un intenso proceso que se inició en el 2006 con una nueva posibilidad de conformar una asamblea universitaria, l@s consejer@s directiv@s estudiantiles de las facultades de la UNCo decidieron conformar el Consejo Superior.
El Seis del Seis, luego de un intenso proceso que se inició en el 2006 con una nueva posibilidad de conformar una asamblea universitaria, l@s consejer@s directiv@s estudiantiles de las facultades de la UNCo decidieron conformar el Consejo Superior.
Después de dos años y una nueva convocatoria; ¿algo cambió? Empecemos con la simple frase con la que el Secretario de Extensión inició la sesión de la asamblea: “Las asambleas no son para debatir, sino para elegir las listas” y agregó “levanten la mano y digan presente”.
En oposición, los y las estudiantes iniciaron un proceso de discusión. Claro que éste no fue en torno a lo que cada agrupación o fuerza entiende por democratización, sino que fue un conjunto de intervenciones con consignas vacías que proponía el voto de una reforma numérica carente de argumentos.
Esto no significa que el movimiento estudiantil no tenga un proyecto claro y sólido de democratización. De hecho lo tiene y ha sido publicado para su debate desde hace ya dos años. Por el contrario, lo que sucede en Comahue es que se está dando un proceso de desmovilización de los y las estudiantes generado no sólo por el desgaste que ha producido la gestión al no dialogar; sino también por el hecho de que las agrupaciones de derecha y la actual pseudo-gestión de la FUC; están cerrando acuerdos con la conducción de la universidad a espaldas de l@s estudiantes.
De este modo, las burocracias estudiantiles, junto con las castas profesorales, están acordando pequeñas reformas insignificantes para cerrar un proceso mucho más amplio y transformador como es la verdadera democratización.
Much@s estudiantes dieron su presente, levantando la mano no para dar la asistencia; sino para argumentar la necesidad de una verdadera discusión que llene de contenido la necesidad de un claustro único, el aumento de representación estudiantil y la democratización de todos los espacios de decisión de la UNCo.
Así, hoy se da un paso hacia una rediscusión de la democratización. Paso que se concreta teniendo plena confianza de que un proceso de democratización universitario implica el grandísimo hecho de comenzar a transformar ciertas relaciones de nuestra sociedad. Es por ello que así como esta lucha se inició en 1918 (al menos en Argentina), y sigue vigente en nuestros días, este proceso no terminará en la próxima asamblea, sino que será una lucha constante que l@s verdader@s revolucionari@s deberán encarar cada vez que la inconformidad y la razón crítica los impulsen a pensar y hacer una universidad mejor.
En oposición, los y las estudiantes iniciaron un proceso de discusión. Claro que éste no fue en torno a lo que cada agrupación o fuerza entiende por democratización, sino que fue un conjunto de intervenciones con consignas vacías que proponía el voto de una reforma numérica carente de argumentos.
Esto no significa que el movimiento estudiantil no tenga un proyecto claro y sólido de democratización. De hecho lo tiene y ha sido publicado para su debate desde hace ya dos años. Por el contrario, lo que sucede en Comahue es que se está dando un proceso de desmovilización de los y las estudiantes generado no sólo por el desgaste que ha producido la gestión al no dialogar; sino también por el hecho de que las agrupaciones de derecha y la actual pseudo-gestión de la FUC; están cerrando acuerdos con la conducción de la universidad a espaldas de l@s estudiantes.
De este modo, las burocracias estudiantiles, junto con las castas profesorales, están acordando pequeñas reformas insignificantes para cerrar un proceso mucho más amplio y transformador como es la verdadera democratización.
Much@s estudiantes dieron su presente, levantando la mano no para dar la asistencia; sino para argumentar la necesidad de una verdadera discusión que llene de contenido la necesidad de un claustro único, el aumento de representación estudiantil y la democratización de todos los espacios de decisión de la UNCo.
Así, hoy se da un paso hacia una rediscusión de la democratización. Paso que se concreta teniendo plena confianza de que un proceso de democratización universitario implica el grandísimo hecho de comenzar a transformar ciertas relaciones de nuestra sociedad. Es por ello que así como esta lucha se inició en 1918 (al menos en Argentina), y sigue vigente en nuestros días, este proceso no terminará en la próxima asamblea, sino que será una lucha constante que l@s verdader@s revolucionari@s deberán encarar cada vez que la inconformidad y la razón crítica los impulsen a pensar y hacer una universidad mejor.
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