Por Alejo Caprar para OYR
Las que cosas que hay que escuchar... ¿No? Y lo digo en todos los aspectos, porque por ejemplo ayer por la mañana, previo a un nuevo “festejo” de nuestro “apreciado” 9 de julio, pudimos oír (OYR) que se hizo justicia. Lógicamente a cuenta gotas, pero así, se va llenando el vaso.
Cerca del mediodía, se sentenció al asesino a sueldo Darío Poblete, enmascarado en policía, a “la condena total de prisión perpetua más la inhabilitación perpetua y las costas del proceso”. Que la sentencia debía ser ésta, lo sabíamos tod@s, si no fuera porque estamos mal acostumbrad@s a escuchar cada cosa. Porque lo que nuestra imaginación no puede alcanzar, lo logran las palabras del abogado defensor de un policía asesino que se atreve a decir que al compañero docente lo mataron sus propi@s compañer@s con un barrote de hierro, y no por el impacto de un cartucho de gas lacrimógeno que se empuñó y direccionó a menos de seis metros de distancia sobre el auto en el que viajaba Carlos Fuentealba.
¡Pero las cosas que hay que escuchar! Porque mientras l@s trabajador@s de la educación junto a l@s estatales, l@s ceramistas y las organizaciones estudiantiles y sociales se acercaron a escuchar la sentencia de un juicio épico en la provincia de Neuquén, otros sectores de la sociedad se quejaban por lo que acontecía. Decían: “pobre perejil (por Poblete), la va a pagar por todos”; “cortan el paso, qué más quieren, ya le dieron perpetua (…), si a Sobisch no le van a hacer nada, y yo quiero ir a trabajar”.
¡Pero las cosas que hay que escuchar! Y también que leer, porque en los comentarios debajo de las notas en los medios digitales, se quejaban de la justicia neuquina. Y se preguntaban angustiad@s, mientras seguramente fumaban un cigarrillo: “¿cómo perpetua a un policía que cumple con su función?!, ¡si los maestros cortaron la ruta!”.
Pero estas cosas que tenemos que escuchar y leer, serán tapadas por las voces que hoy gritaron fuerte: “Carlos Fuentealba, presente”.
Las mismas que hoy levantaron su puño hacia el cielo reconociendo que dimos un gran paso, y que una nueva gota de justicia llena el vaso de l@s de abajo. Los mismos gritos, que entrecortados por las lágrimas, entendían que éste fue sólo un paso más en una larga lucha. Que hoy se condenó al actor material del fusilamiento de un trabajador, pero que todavía no alcanza.
No alcanza porque falta usted, señor ex Gobernador Jorge Omar Sobisch. Porque falta responsabilizar a usted, Raúl Pascuarelli, que en ese momento era el subsecretario de Seguridad. Porque falta David Salazar, que estaba a cargo de la Policía Provincial.
Porque falta esto y mucho más, no daremos tregua. Nos seguiremos Organizando Y Resistiendo para exigir justicia, y para que las cosas que haya que escuchar…sean las que realmente hay que escuchar.
Cerca del mediodía, se sentenció al asesino a sueldo Darío Poblete, enmascarado en policía, a “la condena total de prisión perpetua más la inhabilitación perpetua y las costas del proceso”. Que la sentencia debía ser ésta, lo sabíamos tod@s, si no fuera porque estamos mal acostumbrad@s a escuchar cada cosa. Porque lo que nuestra imaginación no puede alcanzar, lo logran las palabras del abogado defensor de un policía asesino que se atreve a decir que al compañero docente lo mataron sus propi@s compañer@s con un barrote de hierro, y no por el impacto de un cartucho de gas lacrimógeno que se empuñó y direccionó a menos de seis metros de distancia sobre el auto en el que viajaba Carlos Fuentealba.
¡Pero las cosas que hay que escuchar! Porque mientras l@s trabajador@s de la educación junto a l@s estatales, l@s ceramistas y las organizaciones estudiantiles y sociales se acercaron a escuchar la sentencia de un juicio épico en la provincia de Neuquén, otros sectores de la sociedad se quejaban por lo que acontecía. Decían: “pobre perejil (por Poblete), la va a pagar por todos”; “cortan el paso, qué más quieren, ya le dieron perpetua (…), si a Sobisch no le van a hacer nada, y yo quiero ir a trabajar”.
¡Pero las cosas que hay que escuchar! Y también que leer, porque en los comentarios debajo de las notas en los medios digitales, se quejaban de la justicia neuquina. Y se preguntaban angustiad@s, mientras seguramente fumaban un cigarrillo: “¿cómo perpetua a un policía que cumple con su función?!, ¡si los maestros cortaron la ruta!”.
Pero estas cosas que tenemos que escuchar y leer, serán tapadas por las voces que hoy gritaron fuerte: “Carlos Fuentealba, presente”.
Las mismas que hoy levantaron su puño hacia el cielo reconociendo que dimos un gran paso, y que una nueva gota de justicia llena el vaso de l@s de abajo. Los mismos gritos, que entrecortados por las lágrimas, entendían que éste fue sólo un paso más en una larga lucha. Que hoy se condenó al actor material del fusilamiento de un trabajador, pero que todavía no alcanza.
No alcanza porque falta usted, señor ex Gobernador Jorge Omar Sobisch. Porque falta responsabilizar a usted, Raúl Pascuarelli, que en ese momento era el subsecretario de Seguridad. Porque falta David Salazar, que estaba a cargo de la Policía Provincial.
Porque falta esto y mucho más, no daremos tregua. Nos seguiremos Organizando Y Resistiendo para exigir justicia, y para que las cosas que haya que escuchar…sean las que realmente hay que escuchar.
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