Especial de Alexander Gamba Trimiño* para OYR
Que lo vengan a ver, que lo vengan a ver, esto no es un gobierno son los paracos en el poder!!!!!!
A las 12 del medio día de una soleada capital colombiana se veían miles y miles de marchantes y se escuchaban estos coros a lo largo de las céntricas calles bogotanas de la carrera séptima, que se daba cita en la gran marcha en contra del paramilitarismo, de la Para política y del terrorismo de Estado en Colombia.
A las 12 del medio día de una soleada capital colombiana se veían miles y miles de marchantes y se escuchaban estos coros a lo largo de las céntricas calles bogotanas de la carrera séptima, que se daba cita en la gran marcha en contra del paramilitarismo, de la Para política y del terrorismo de Estado en Colombia.
La marcha implicó convocar a miles de ciudadanos de Colombia a mostrar las crueldades del paramilitarismo, y contra el terrorismo de estado del que han sido víctimas millones de colombianos en varias décadas. Era ni más ni menos organizar una marcha a pesar de los grandes medios de comunicación, con la oposición abierta de sectores políticos en el poder y con el señalamiento de asesores del presidente Uribe de que quien marchaba era de las FARC, y que esta era una marcha convocada por los grupos insurgentes.
Otro argumento que esgrimieron los miembros de opinión del establecimiento para oponerse a la marcha era que el paramilitarismo ya se había acabado, lo que contradice la realidad, hoy en varias partes del país se siguen cometiendo masacres de estos grupos; que no existe terrorismo de estado, cuando solo en el 2007 se han denunciado más de 900 asesinatos extrajudiciales. Además de esto se dieron amenazas contra los organizadores de las marchas en regiones como en la zona cafetera, en fin esta fue una marcha contra el poder, no solo en las consignas y en los mensajes sino en la realidad.
Amenazas, llamados a no marchar desde el establecimiento, falta de publicidad, recursos, y un hecho noticioso a nivel mundial sin precedentes como lo fue la crisis con Venezuela y Ecuador, no hacían presagiar una gran movilización.
Pero no fue así. Siendo las 10 am, se empezaron a congregar miles con las fotos de miles de víctimas de la unión patriótica, de sindicalistas, afro-colombianos, indígenas campesinos, estudiantes, intelectuales, pobladores, todos con sus víctimas, a lo largo del recorrido se plasmaban los rostros de mujeres, aguerridas mujeres colombianas, viudas, huérfanas, mujeres y hombres que marchaban a lo largo de todas las calles céntricas de Bogotá y decenas de ciudades colombianas y el mundo, llevando en sus manos las fotos de sus hijos, de sus familiares desaparecidos, torturados y masacrados.
Según Iván Cepeda, dirigente del Movimiento de Victimas de Crímenes de Estado en Colombia, la movilización alcanzó los ochos millones de personas: “La agencia Reuters habla de ocho millones de personas movilizadas en Colombia y el Mundo. Hay que destacar que logramos esto sin recursos y sin ayuda del gobierno. En Colombia Participaron 21 ciudades, y en el mundo 100 más”[1]
Las consignas eran sencillas pero contundentes- Uribe, paraco el pueblo esta berraco (bravo) - tambores para recordar los latidos de los corazones de las víctimas y consignas para que no se pierdan. La marcha duro cerca de cinco horas, le gente fue llegando a la plaza de Bolívar, epicentro de la política colombiana, y se podían contar por miles con banderas, con rostros populares, con rostros de las víctimas. Miles y miles, cerca de 500 mil personas en Bogotá desafiaron el miedo, el pensamiento único, desafiaron a este gobierno, desafiaron a los noticieros que invisibilizan a la par que vuelven imbéciles a los dóciles espectadores.
La noticia apenas ocupó un par de minutos en los noticieros, quienes llenos de eufemismos hablaron de la marcha como una expresión en general contra la violencia, en ninguno de los medios se expreso que la marcha era CONTRA EL PARAMILITARISMO Y EL TERRORISMO DE ESTADO, como se sintió en las calles.
Es el colmo- manifestó indignada una marchante- es el colmo que manipulen la información…., pero es lógico, al fin y al cabo esos grandes medios son aliados como tantos otros poderosos de un modelos económico que usa la violencia sanguinaria como la del paramilitarismo para enriquecerse.
Pero más allá del cinismo apenas lógico de los que ostentan el poder en Colombia, la marcha es hoy un símbolo, un grito, una grieta al unanimismo que quieren decretar en este país. Una marcha que se ubica en el centro del debate político y ético del país, que subvierte un modelo capitalista que basa su estructura de ganancia y acumulación en la desposesión de millones de pobladores, que desmiente la falacia según la cual el paramilitarismo se ha dedicado solo a combatir a las guerrillas, mentira, la realidad es que es una estrategia para destruir el movimiento social, la oposición política y una forma sanguinaria de acumular riquezas. Una marcha contra el paramilitarismo en un gobierno que ostenta el 80 % de popularidad y el cual tiene en su coalición de gobierno a decenas de congresistas presos por ser paramilitares, es una manifestación que el miedo también se puede vencer.
No fue un luto colectivo a pesar de las fotos de miles de muertos, fue una fiesta para manifestar que las luchas de los que partieron siguen vigentes, siguen vivas, están andando en las calles.
[1] Revista Semana No 1349, marzo 10/17 de 2008. Bogotá. Pg 58 60.
*Alexander Gamba Trimiño reside en Bogotá. Es sociólogo e investigador.
Fotos: Indymedia Colombia
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